#Liderazgo: 3 malos hábitos que los líderes debemos mejorar!

Hábitos de los líderesLos hábitos tienen la característica de que pueden ser en dos direcciones. Por un lado se pueden tener malos hábitos y por otro lado se tienen buenos hábitos.

Todos nosotros tenemos ambos. Algunos son hábitos más pronunciados que otro pero en realidad cada uno lucha con los malos hábitos y busca fortalecer los buenos.

Hay hábitos que son inconscientes. Los hemos estado haciendo a lo largo de los años sin darnos cuenta. Un buen ejemplo es cuando nos cepillamos en las mañanas. Lo hacemos automáticamente. Otros sin embargo, queremos formarlos porque sabemos que nos pueden ayudar a ser mejores.

Como líderes debemos reconocer que el nivel de exigencia que tenemos es superior al de los colaboradores. No porque seamos más importantes, ya que todos somos iguales como personas, sino que nuestra función nos exige ser modelos de comportamiento

Una vez escuche una analogía sobre el liderazgo que me hizo reflexionar sobre el delicado papel que tenemos como líderes de un grupo, reza así: «El liderazgo es como cuando un mono sube por una gran palmera a bajar sus cocos. Mientras más asciende más se le ve el trasero».

Hace referencia a que cuando elevamos el nivel de nuestro liderazgo más personas estarán pendientes de cómo nos comportamos. Es así de sencillo. Pueden ser desde errores de ética hasta malos hábitos que no hemos mejorado.

En este Post quiero tocar 3 malos hábitos que, según mi humilde opinión, los líderes debemos mejorar!

1) Hablar de más! Líderes que hablan de más

Los líderes son buenos comunicadores. Deben serlo para así poder dirigir la organización a los lugares que ha visualizado.

La buena comunicación es clave para el excelente funcionamiento de las empresas. Garantiza que todo se haga y a tiempo!

Pero la verdad es que hay veces en que los líderes hablan de más. Sucede mucho en las reuniones directivas y de equipos de trabajo. Muchos líderes tienen el mal hábito de ofrecer sus puntos de vista y dar por sentado que todos están de acuerdo.

Sin embargo, el hecho de que seas el líder no significa que tu perspectiva sea la única correcta. La experiencia y el hecho de que conozcas los procesos como la palma de tu mano tampoco son justificativos para pretender que ya está todo dicho.

Muchos otros pueden tener nuevas ideas o visiones distintas de la misma situación que es necesario que el líder escuche. Pero sí solo estamos hablando nosotros, no podremos conocer una solución diferente y más efectiva de la que tenemos en mente.

Por algo tenemos dos orejas y una sola boca. Creo que el mensaje está claro. Solo que nuestro título de líder nos hace olvidar este beneficio de la genética y pasamos al «modo on» de hablar de manera automática.

Para mejorar este mal hábito primero debemos concienciar que las personas que tenemos al frente, sea cual sea su posición  dentro de la organización, también tienen algo valioso qué decir.

El mejor mensaje que le podemos transmitir es que lo valoro tanto como para quedarme callado y escucharle.

Lo segundo que podemos hacer es que antes de asistir a una reunión con el orden del día ya copado, apartemos desde un tercio o la mitad del tiempo que dure la reunión, para solo escuchar las opiniones del equipo de trabajo.

Sí vas ya con esta idea en mente se te hará más fácil recordar que tu tiempo de hablar tiene un límite y que llegado el momento, le corresponde a los demás dar sus opiniones. Así, no saldrás de la sala de reuniones sin haber escuchado a tus colaboradores.

2) Orgullo de más!

líderes orgullosos«Nada fracasa tanto como el éxito» dijo una vez Richard Carrion y tiene razón.

Cuando creemos que lo sabemos todo y el ego de ser los dueños, o los fundadores, o los directores de una organización, se nos sube a la cabeza es el detonante que indica que todo va a empezar a ir mal.

El orgullo es la peor coraza que un líder se puede colocar para mantener su imagen.

No se puede liderar desde adentro de una concha creyendo que siempre se tiene la razón.

La gente te puede seguir por un tiempo pero su corazón estará lejos de ti. El orgullo viene cuando creemos que ya hemos llegado a la cúspide del conocimiento, o el nivel más alto de liderazgo y creemos que nadie nos puede superar. Qué gran error!

Estos líderes son aquellos que tienen el mal hábito de dar siempre sus órdenes sin opción a nuevas opiniones. Esperan que la gente haga las cosas igual como ellos las harían.

Para derribar este mal hábito es necesario que el líder entienda que mantener una imagen de «jefe» estricto no es garantía de que su equipo lo escuche. Sí no es escuchado el rendimiento será pésimo y por ende los resultados estarán por debajo del nivel medio.

Verse a uno mismo en su posición actual y recordar cómo se comenzó puede ser el mejor ejercicio para auto evaluarse y empezar a ser más humilde en el comportamiento. Reconocer de que son los colaboradores los que realmente hacen a la empresa, me coloca en la perspectiva correcta.

Este ejercicio puede ser realizado cada mañana al llegar al lugar de trabajo antes de recibir llamadas, chequear el email, asistir a reuniones o atender a algún cliente o colaborador. Sin duda al poco tiempo el nivel de orgullo habrá disminuido!

3) Hacer de más! 

Líderes malabaristas

Seas el líder o no, la verdad es que nos gusta llevar  a cabo los proyectos que se nos plantean.

Es una sensación de logro que todos tenemos. Pero resulta que por alguna razón, cuando eres el líder esa tendencia es mayor.

Muchos líderes en su afán porque las cosas salgan bien, tienen el mal hábito de querer hacer las cosas que ya les han delegado a sus colaboradores.

Piensan que haciendo esto están ayudando cuando en realidad les están quitando autoridad y socavando su auto confianza.

Hacer más no necesariamente es obtener más. Cuando un líder hace más de lo que le corresponde está dando un mensaje claro: soy auto suficiente. Esa imagen chocará con sus equipos de trabajo ya que no le verán como alguien equilibrado sino como alguien que piensa que más nadie puede hacer las cosas tan bien como él o ella.

Una manera de mejorar este mal hábito es enfocarse en lo que realmente solo él o ella puede hacer por sus funciones como líder. Hay un gran número de actividades que solo los líderes pueden hacer. Sí te mantienes concentrado en esas cosas estoy seguro de que no te quedará más tiempo para hacer nada más.

El enfoque precede al buen resultado. Cada quien debe estar ejerciendo la función para la cual fue elegido y dónde sus dones se manifiestan mejor. La función principal del liderazgo es precisamente liderar los dones de la gente y no a la gente misma.

Mejorar hábitos no es fácil. Todos pasamos situaciones incómodas que nos dejan al descubierto dando un mal ejemplo. Mejorar nuestros hábitos como líder debe ser una prioridad en  nuestro liderazgo personal.

Los hábitos que formemos marcaran la diferencia en el impacto que tengamos en las organizaciones. Los líderes somos modelos. Querer dar un buen ejemplo es lo que mantiene a los colaboradores con su mente y corazón cerca de nosotros y la organización!

Sé el líder que debes ser y mejora el tiempo que dedicas a escuchar, busca ser más humilde y deja que otros brillen también!

¿Qué otro hábito consideras que los líderes deben mejorar?

Espero tus comentarios como siempre!

Hasta la próxima!

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